A la espera de los "XXI poemas de amor" de Cecile Adrienne Rich que, en agosto, aparecerán en este su blog, vaya como adelanto este poema de una de las voces más destacadas de la literatura usamericana viva.AN ATLAS OF THE DIFFICULT WORLD, XIII (DEDICATIONS)I know you are reading this poem
late, before leaving your office
of the one intense yellow lamp-spot and the darkening window
in the lassitude of a building faded to quiet
Long after rush-hour. I know you are reading this poem
standing up in a bookstore far from the ocean
on a grey day of early spring, faint flakes driven
across the plains' enourmous spaces around you.
I know you are reading this poem
in a room where too much has happened for you to bear
where the bedclothes lie in stagnant coils on the bed
and the open valise speaks of flight
but you cannot leave yet. I know you are reading this poem
as the underground train loses momentum and before running
up the stairs
toward a new kind of love
you life has never allowed.
I know you are reading this poem by the light
of the television screen where soundless images jerk and slide
while you wait for the newcast from the
intifada.
I know you are reading this poem in a waiting-room
of eyes met and unmeeting, of identity with strangers.
I know you are reading this poem by fluorescent light
in the boredoom and fatigue of the young who are counted out,
count themselves out, at too early an age. I know
you are reading this poem through you failing sight, the thick
lens enlarging these letters beyond all meaning yet you read on
because even the alphabet is precious.
I know you are reading this poem as you pace beside the stove
warning milk, a crying child on your shoulder, a book in your hand
because life is short and you too are thirsty.
I know you are reading this poem which is not your language
guessing at some words while others keep you reading
and I want to know which words they are.
I know you are reading this poem listening for something, torn
between bitternes and hope
turning nack once again to the task you cannot refuse.
I know you are reading this poem because there is nothing else left to read
there where you have landed, stripped as you are.
UN ATLAS DEL MUNDO DIFICIL, XIII (DEDICATORIAS).Sé que estás leyendo este poema
tarde, antes de salir de tu oficina,
la del único e intenso foco de luz amarilla y la ventana que se ensombrece
en la lasitud de un edificio que se desvanece en la quietud
mucho después de la hora. Sé que estás leyendo este poema
de pie en una librería lejos del océano
en un día gris de principios de primavera, débiles copos empujados
en torno a ti a través de los inmensos espacios de la llanura.
Sé que estás leyendo este poema
en una habitación en la que te ha sucedido demasiado para poder soportarlo
en la que espirales de sábanas yacen estancadas en el lecho
y la maleta abierta habla de fuga
pero aún no puedes irte. Sé que estás leyendo este poema
mientras el metro disminuye la velocidad y antes de subir
corriendo las escaleras
hacia un amor diferente
que la vida nunca te ha concedido.
Sé que estás leyendo este poema a la luz
de la pantalla del televisor donde se deslizan imágenes mudas que sobresaltan
mientras espersa las últimas noticias sobre la
intifada.
Sé que estás leyendo este poema en una sala de espera
de ojos que coinciden y no se encuentran, de identidad con extraños.
Sé que estás leyendo este poema bajo una luz fluorescente
en el aburrimiento y la fatiga de los jóvenes excluidos,
que se excluyen demasiado jóvenes. Sé
que estás leyendo este poema con la vista que te falla, las gruesas
lentes agrandan estas letras más allá de todo significado y aún así continúas leyendo
porque hasta el alfabeto es valioso.
Sé que estás leyendo este poema yendo y viniendo junto al horno
calentando leche, con un niño que llora en tu hombro, un libro en la mano
porque la vida es corta y también tú tienes sed.
Sé que estás leyendo este poema que no está en tu idioma,
te imaginas algunas palabras mientras otras te hacen seguir leyendo
y quiero saber que palabras son esas.
Sé que estás leyendo este poema esperando oír algo, rota entre la amargura y la esperanza,
para volver una vez más a la tarea que no puedes rechazar.
Sé que estás leyendo este poema porque no hay más que leer
allí donde has arribado, desnuda como estás.