Wallace Stevens. Sunday Morning. 5
5
She says, 'But in contentment I still feel
The need of some imperishable bliss.'
Death is the mother of beauty; hence from her,
Alone, shall come fulfillment to our dreams
And our desires. Although she strews the leaves
Of sure obliteration on our paths,
The path sick sorrow took, the many paths
Where triumph rang its brassy phrase, or love
Whispered a little out of tenderness,
She makes the willow shiver in the sun
For maidens who were wont to sit and gaze
Upon the grass, relinquished to their feet.
She causes boys to pile new plums and pears
On disregarded plate. The maidens taste
And stray impassioned in the littering leaves.
5
Ella dice 'pero en semejante alegría aún siento
la necesidad de un goce que no perezca'.
La muerte es la madre de la belleza, sólo de ella
vendrá la completud de nuestros sueños
y nuestros deseos. Aunque agite la hojas
del olvido seguro en nuestros caminos,
el camino enfermo que siguió la pena, los muchos
en que el triunfo tocaba su frase de metal o el amor
susurraba casi casi la dulzura,
ella hace que el sauce brille al sol
a las damas que no querían sentarse y mirar
la yerba, rendida a sus pies.
Ella hace que los muchachos apilen nuevas ciruelas y peras
en un plato descuidado. Las dama prueban
y se quedan llenas de pasión en las hojas desechadas.
She says, 'But in contentment I still feel
The need of some imperishable bliss.'
Death is the mother of beauty; hence from her,
Alone, shall come fulfillment to our dreams
And our desires. Although she strews the leaves
Of sure obliteration on our paths,
The path sick sorrow took, the many paths
Where triumph rang its brassy phrase, or love
Whispered a little out of tenderness,
She makes the willow shiver in the sun
For maidens who were wont to sit and gaze
Upon the grass, relinquished to their feet.
She causes boys to pile new plums and pears
On disregarded plate. The maidens taste
And stray impassioned in the littering leaves.
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Ella dice 'pero en semejante alegría aún siento
la necesidad de un goce que no perezca'.
La muerte es la madre de la belleza, sólo de ella
vendrá la completud de nuestros sueños
y nuestros deseos. Aunque agite la hojas
del olvido seguro en nuestros caminos,
el camino enfermo que siguió la pena, los muchos
en que el triunfo tocaba su frase de metal o el amor
susurraba casi casi la dulzura,
ella hace que el sauce brille al sol
a las damas que no querían sentarse y mirar
la yerba, rendida a sus pies.
Ella hace que los muchachos apilen nuevas ciruelas y peras
en un plato descuidado. Las dama prueban
y se quedan llenas de pasión en las hojas desechadas.
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