Geoffrey Hill
On Seeing the Wind at Hope Mansell
Whether or not shadows are of the substance
such is the expectation I can
wait to surprise my vision as a wind
enters the valley: sudden and silent
in its arrival, drawing to full cry
the whorled invisibilities, glassen towers
freighted with sky-chaff; that, as barnstorming
powers, rammack the small
orchard; that well-steaded oaks
ride stolidly, that rake the light-leafed ash,
that glowing yew trees, cumbrous, heave aside.
Amidst and abroad tumultuous lumina,
regents, reagents, cloud-fêted, sun-ordained,
fly tally over hedgerows, across fields.
Al ver el viento en Hope Mansell
Si son o no sombras de la sustancia
es tal la expectación que puedo
esperar para sorpredner a mi visión cuando un viento
entra al valle: repentino y silente
al llegar, convirtiendo en grito
lo invisible, haciendo de cristal las torres
que estaban tomadas por el cielo; ese viento,
que con poderes como de tormenta, arrasa
el jardín diminuto; que cabalga
sobre esos olmos firmes, que rastrilla la ceniza como de luz,
que aparta esos tejos que brillan como una cumbre.
Entre luz tumultuosa y afuera de ella
regenta, rehace, esta hecho de nubes, ordalía del sol,
vuela sobre los parterres, cruza los campos.
Whether or not shadows are of the substance
such is the expectation I can
wait to surprise my vision as a wind
enters the valley: sudden and silent
in its arrival, drawing to full cry
the whorled invisibilities, glassen towers
freighted with sky-chaff; that, as barnstorming
powers, rammack the small
orchard; that well-steaded oaks
ride stolidly, that rake the light-leafed ash,
that glowing yew trees, cumbrous, heave aside.
Amidst and abroad tumultuous lumina,
regents, reagents, cloud-fêted, sun-ordained,
fly tally over hedgerows, across fields.
Al ver el viento en Hope Mansell
Si son o no sombras de la sustancia
es tal la expectación que puedo
esperar para sorpredner a mi visión cuando un viento
entra al valle: repentino y silente
al llegar, convirtiendo en grito
lo invisible, haciendo de cristal las torres
que estaban tomadas por el cielo; ese viento,
que con poderes como de tormenta, arrasa
el jardín diminuto; que cabalga
sobre esos olmos firmes, que rastrilla la ceniza como de luz,
que aparta esos tejos que brillan como una cumbre.
Entre luz tumultuosa y afuera de ella
regenta, rehace, esta hecho de nubes, ordalía del sol,
vuela sobre los parterres, cruza los campos.
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