365 traducciones

31 julio 2005

Un pequeño ejercicio en catalán.

Infant refugiat adormit

Com qui reposa
en l’amor o en l’onada,
fill de la guerra,
dorms en la innumerable
falda absente de la fuga.
(Carles Riba)

Niño refugiado dormido

Como aquel que reposa
en el amor o en la oleada,
hijo de la guerra, duermes
en la innumerable
falda ausente de la fuga

30 julio 2005

(Día internacional de la no traducción)

Mil disculpas por el descaro.
El borrador de uno de mis últimos poemas.
Espero sus comentarios. Gracias.

No buscaban el amor sino el invierno.

En las plazas iluminadas
había rastro de palomas huidizas.
Ya no quedaban veladores
salvo en una calle y esa
la descubrieron tarde.

Buscaban el invierno y encontraron
ventanas que se miraban
una a la otra, luces
que algunas madrugadas persistían,
insomnes,
en ser la única.

Y al saber que ni invierno
ni amor eran posibles
en esa ciudad de provincia
decidieron

fugarse al sur
donde no hay invierno.

28 julio 2005

Un intento contrario (del español al inglés)

ELOGIO DE LO MISMO

¡Qué extraño es lo mismo!
Descubrir lo mismo.
Llegar a lo mismo.

¡Cielos de lo mismo!
Perderse en lo mismo.
Encontrarse en lo mismo.

¡Oh, mismo inagotable!
Danos siempre lo mismo.

IN PRAISE OF THE SAME

What a strange thing is the same!
To find the same.
Get as final destination the same.

Alas, the same.
Lost yourself in the same.
Find yourself in the same.

O, infulfillable same!
Give us the same forever and a day.

27 julio 2005

(mil disculpas)

Los días que falté trabajé pero no quería ni una sola pantalla cerca de mí. Abajo encontrarán todo. Y mañana, John Donne.

XXI poemas de amor (XXI)

XXI.


Los oscuros dinteles, las piedras azules y extranjeras
del gran círculo ondulado por implementos de piedra,
la luz nocturna de medianoche surgiendo
bajo el horizonte, cuando dije “una hendidura de luz”
quería decir esto. Y esto no es sólo Stonehenge
ni ningún otro sitio salvo la mente
volviendo adonde su soledad
compartida, no puedo ser elegida sin soledad,
ni fácil ni con dolor con que cercar
el círculo, las pesadas sombras , la gran luz,
elijo ser una figura en esa luz,
borrosa por la oscuridad, algo que se mueve
por ese espacio, el color de la piedra
saludando a la luna, aún más que piedra:
una mujer. Elijo caminar aquí. Y cerrar este círculo.


XXI.

The dark lintels, the blue and foreign stones
of the great round rippled by stone implements
the midsummer night light rising, from beneath
the horizon-when I said “a cleft of light”
I meant this. And this is not Stonehenge
simply nor any place but the mind
casting back to where her solitude,
shared, could be chosen without loneliness,
not easily nor without pains to sake out
the circle, the heavy shadows, the great light.
I choose to be a figure in that light,
half-blotted by darkness, something moving
across that space, the color of stone:
a woman. I choose to walk here. And to draw this circle.

26 julio 2005

XXI poemas de amor (XX)

XX.


Esa conversación que estábamos a punto de tener
recorre mi cabeza,
por la noche el Hudson tiembla a la luz de New Jersey,
agua contaminada y que aún así refleja
a veces la luna
y discierno a una mujer
que amé, ahogando secretos, con el miedo en la garganta
que la asfixia como cabello. Y es a ella
a la que intenté hablar, a quien herí, una cabeza expresiva,
que se aparta del dolor, es arrastrada hasta lo profundo
donde no puede oírme
y pronto he descubrir que estaba hablando con mi propia alma.



XX.

That conversation we were always on the edge
of having, runs on in my head,
at night the Hudson trembles in New Jersey light
polluted water yet reflecting even
sometimes the moon
and I discern a woman
I loved, drowning in secrets, fear wound round her throat
and choking her like hair. And this is she
with whom I tried to speak, whose hurt, expressive head
turning aside from pain, is dragged down deeper
where it cannot hear me,
and soon I shall know I was talking to my own soul.

25 julio 2005

XXI poemas de amor (XIX)

XIX.

¿Puede hacerse frío cuando comienzo
a tocarme yo misma de nuevo y sin adhesiones?
¿Cuándo lentamente el rostro desnudo se vuelve de mirar atrás
a mirar en el presente,
el ojo de invierno, ciudad, rabia, pobreza y muerte
y los labios se abren y dicen: Quiero seguir viviendo?
¿Hablo frío al decirte en un sueño
o en este poema: No hay milagros?
( Te lo dije desde el primer día en que quise cotidianeidad,
esta isla de Manhattan es isla suficiente para mí).
Si pudieras hacerte saber
que dos mujeres juntas es un trabajo
que nada en la civilización ha hecho simple,
que dos personas juntas es un trabajo
heroico en su ordinariez,
esa lenta travesía detenida del tono
cuando la más fiera atención de hace rutina:
mira los rostros de aquellos que la han elegido.


XIX.

Can it be growing colder when I begin
to touch myself again, adhesions pull away?
When slowly the naked face turns from staring backward
and looks into the present,
the eye of winter, city, anger, poverty, and death
and the lips part and say: I mean to go on living?
Am I speaking coldly when I tell you in a dream
or in this poem, There are no miracles?
(I told you from the first I wanted daily life,
this island of Manhattan was island enough for me.)
If I could let you know-
two women together is a work
nothing in civilization has made simple;
two people together is a work
heroic in its ordinariness,
the slow-picked, halting traverse of a pitch
where the fiercest attention becomes routine
-look at the faces of those who have chosen it.

24 julio 2005

XXI poemas de amor (XVIII)

XVIII
Lluvia en la avenida West Side,
luz roja en Riverside:
cuanto más vivo más pienso
que dos personas juntas es un milagro.
Cuentas la historia de tu vida
una vez y temblor rompe la superficie de tus palabras.
La historia de nuestras vidas se convierte en nuestras vidas.
ahora está huyendo por lo que estoy segura
que algún poeta victoriano llamó mar de sal estragado.
Esas son las palabras que me vienen a la mente.
Me siento estragada, sí. Como he sentido al amanecer
empujar hacia el día. Algo: ¿un copo de luz?
Cerrado, entre la pena y la rabia, un espacio se abre
donde soy Adrianne sola. Y se hace frío.


XVIII.


Rain on the West Side Highway,
Red light at Riverside:
The more I live the more I think
Two people together is a miracle.
You’re telling the story of our lives becomes our lives.
For once, a tremor breaks the surface of your words.
They story of our lives becomes our live.
Now you’re in fugue across what some I’m sure
Victorian poet called the salt estranging sea.
Those are the words that come to mind.
I feel estrangement, yes. As I’ve felt dawn
Pushing toward daybreak. Something: a cleft of light-?
Close between grief and anger, a space opens
Where I am Adrienne alone. And growing colder.

23 julio 2005

XXI poemas de amor (XVII)

XVII.

Nadie está destinado o condenado a amar a otro.
Los accidentes ocurren, no somos heroínas,
ocurren en nuestras vidas como chocan los carros,
como los libros que nos cambian, vecindarios
a los que nos mudamos y llegamos a amar
Tristan und Isolde es apenas la historia,
las mujeres deberían saber al menos de la diferencia
entre el amor y la muerte. Ni copa con veneno,
ni penitencia. Apenas una noción de que la grabadora
no sólo reproduce el sonido, debe habernos escuchado
y podría instruir a quienes vengan tras nosotras:
así éramos, así intentamos amar,
y estas son las fuerzas que formaron contra nosotras
y estas son las fuerzas que formamos en nostras,
en nosotras y contra nosotras y en nosotras.

XVII.

No one’s fated or doomed to loved anyone.
The accidents happen, we’re not heroines,
they happen in our lives likes car crashes,
books that change us, neighborhoods
we move into and come to love.
Tristan und Isolde is scarcely the story,
women at least should know the difference
between love and death. No poison cup,
no penance. Merely a notion that the tape-recorder
should have caught some ghost of us: that tape-recorder
not merely played but should have listened to us,
and could instruct those after us:
this we were, this is how we tried to love,
and there are the forces they had ranged against us,
and these are the forces we had ranged within us,
within us and against us, against us and within us.

22 julio 2005

XXI poemas de amor (XVI)

XVI.

Across a city you, I’m with you,
just as an august night
moony, inlet-warm, sea bathed, I watched you sleep,
the scrubbed, sheen less wood of the dressing-table
cluttered with our brushes, books, vials in the moonlight-
or a salt- mist orchard, lying at your side
watching red sunset through the screen door of the cabin,
G minor Mozart on the tape-recorder,
falling asleep to the music of the sea.
This island of Manhattan is wide enough
for both of us, and narrow:
I can hear your breath tonight, I know how your face
lies upturned, the half-light tracing
your generous, delicate mouth
where grief and laughter sleep together.

XVI.

Contigo al otro lado de la ciudad, estoy contigo,
como en una noche de agosto
de luna y cálida, bañada por el mar, vigilaba tu sueño,
la brillante madera limpia del tocador
llena con nuestro cepillos, libros, botellitas a la luz de la luna,
o jardín de niebla de sal, tumbada a tu lado
viendo el atardecer rojo a través de la pantalla de la puerta,
Mozart en Si menor en la grabadora,
durmiéndonos con la música del mar.
Esta isla de Manhattan es demasiado grande
para las dos y pequeña:
puedo oírte respirar esta noche, sé cómo tu rostro
descansa medio girado, el trazo medio iluminado
de tu boca generosa y delicada
en que pena y risa duermen juntas.

21 julio 2005

XXI poemas de amor (XV)

XV.

If I lay on that beach with you
white, empty, pure green water warmed by the Gulf Stream
and lying in on that beach we could not stay because the wind drove fien sand against us
as if it were against us
if we tried to withstand in and we failed-
if we drove to another place
to sleep in each other’s arms
and the beds were narrow like prisoners cots
and we were tired and did not sleep together
and this was what we found, so this is what we did-
was the failure ours?
If I cling to circumstances I couls feel
not responsible. Only she who says
she did not choose, is the loser in the end.

XV.

Si me tumbo en esa playa contigo
blanca, vacía pura agua caliente por la corriente del golfo
y tumbados en esa playa no podemos estar
porque el viento nos arroja arena
como si estuviese en contra nuestra
si intentamos soportarlo y fallamos
si condujimos a otro ligar
y las camas eran estrechas como catre de prisionero
y estábamos cansadas y no dormimos juntas
y esto fue lo que encontramos y esto lo que hicimos,
¿fue el fallo nuestro?
Si me aferro a las circunstancias no me siento
responsable, sólo aquella que dice
que no eligió es al final la perdedora.

20 julio 2005

XXI poemas de amor (XIV)

(THE FLOATING POEM, UNNUMBERED)

Whatever happens with us, your body
will haunt mine-tender, delicate
your love marking, like the half-curled frond
of the fiddlehead fern in forests
just washed by sun. Your traveled, generous things
between which my whole face has come and come-
the innocence and wisdom of the place my tongue has found there-
the live, insatiate dance of your nipples in my mouth-
your touch on me, firm, protective, searching
me out, your strong tongue and slender fingers
reaching where I had been waiting years for you
in my rose-wet cave- whatever happens, this is.

( EL POEMA FLOTANTE, SIN NUMERO)

Pase lo que pase con nosotras, tu cuerpo
Perseguirá el mío tu tierna, delicada
Manera de hacer el amor, como la fronda medio curva
del helecho de los bosques
recién bañados por el sol. Tus muslos generosos y viajados
en lo que todo mi rostro ha vivido y vivirá,
la inocencia y sabiduría del lugar que mi lengua encontró ahí,
la danza viva e in saciada de tus pezones en mi boca,
tu toque firme, protector, ese que
me busca, tu lengua fuerte y tus dedos largos
llegando allí donde te he esperado años
y mi cueva húmeda y rosa. Pase lo que pase, es esto.

19 julio 2005

El otro ministro (primer capítulo de Harry Potter en horrible, pero rápida traducción argentina)

Era cerca de la medianoche, y el Primer Ministro estaba sentado solo en su oficina, leyendo un largo memorando que se cruzaba por su cabeza sin dejar el más pequeño rastro de entendimiento. Esperaba una llamada de un Presidente de un país muy lejano, y entre preguntándose cuándo el irritante hombre llamaría, y tratando de olvidar recuerdos desagradables de lo que había sido una larga, agotadora y dificultosa semana, no había más espacio en su cabeza para algo más. Lo más que intentó fue enfocar su vista en las impresiones de la página que estaba frente a él, lo más claro que el Primer Ministro pudo ver era la regodeada cara de sus opositores políticos. Este oponente particular había aparecido en las noticias ese mismo día, no sólo para enumerar las terribles cosas que habían ocurrido la última semana (como si alguien necesitaba que se las recuerden), pero también para explicar por qué cada uno y todos ellos era la falla del gobierno.El pulso del Primer Ministro se aceleraba ante la gravedad de aquellas acusaciones que no eran ni justas ni ni verdaderas. ¿Cómo demonios iba a hacer el gobierno para detener el colapso de ese puente? Era un ultraje para quien sugiriera que no se habían ocupado de los puentes. El puente tenía unos 10 años, y los mejores expertos estaban perdidos al intentar explicar por qué se había dividido claramente en dos, enviando una docena de automóviles a las profundidades marinas del río. ¿Y cómo nadie podría atreverse a sugerir que la ausencia de la policía era la causante de esos dos desagradables y bien publicados asesinatos? ¿O que el gobierno debería haber previsto aquel peculiar huracán en el West Country que había casuado grandes daños tanto a personas como propiedades materiales? ¿Y era su culpa que uno de sus Ministros jóvenes, Herbert Clorkley, eligiera esta semana para actuar tan peculiarmente que ahora estaba pasando más tiempo con su familia? 'Una severa atmósfera ha azotado al país,' había concluído el oponente, apenas consolando su amplia sonrisa. Y, desafortunadamente, esto era perfectamente verdad. El Primer Ministro se sintió a sí mismo; la gente se veía más miserable que de lo común. Hasta el tiempo era horroroso; toda esta fresca neblina a mitad de Julio ... No estaba bien, no era normal ...Pasó a la segunda hoja del memorando, vio cuán larga era, y trabajó sin ganas. Estirando sus brazos por encima de su cabeza, recorrió su oficina mirando mortificadamente. Era una habitación muy agradable, con un fino hogar-chimenea de mármol frente a la gran faja de la ventana, firmemente cerrada para enfrentar el destemporado frío. Con un suave tiriteo, el Primero Ministro se paró y se dirijió hasta la ventana, mirando la delgada neblina que lo presionaba contra el cristal. Fue cuando, mientras permanecía de espaldas a la habitación, escuchó un débil estornudo detrás de él. Sintió frío, cara a cara con su propio reflejo en el que se veía una mirada miedosa en el oscuro vidrio. Él conocía esa tos. La había escuchado antes. Se dio vuelta, lentamente, para ponerse nuevamente de frente a la habitación.'¿Hola?' dijo, tratando de sonar más valiente de lo que se sentía.Por un breve momento se esperanzó en que nadie pudiese responderle. Sin embargo, una voz respondió al unísono, una fría y decisiva voz que sonaba como si estuviese leyendo una declaración ya preparada. Venía - como el Primer Ministro se imaginó gracias al primer tosido - del pequeño hombre parecido a una rana, que tenía una larga y plateada cabellera que estaba descripta en una pequeña, sucia y antigua pintura en la lejana esquina de la habitación.'Para el Primer Ministro de los Muggles. Visita Urgente. Amablemente respondió inmediatamente. Atentamente, Fudge.' El hombre en la pintura miró inquietamente al Primer Ministro.'Este,' dijo el Primer Ministro, 'escucha ... no es un buen momento para mí ... estoy esperando una llamada telefónica, ya ves ... del presidente de ...''Eso puede cambiarse,' dijo el portarretratos al unísono. El corazón de Primer Ministro se sobresaltó. Había tenido miedo al respecto.'Pero preferiría hablar-''Podríamos arreglar para que el presidente se olvide de llamar. Llamará mañana en la noche,' dijo el pequeño hombre. 'Amablemente respóndale inmediatamente al Señor Fudge.''Yo ... oh ... muy bien,' dijo el Primer Ministro débilmente. 'Sí, veré a Fudge.'Se volvió a su escritorio, acomodándose su corbata mientras se iba. Apenas había dejado su asiento, y cambiado su cara en lo que esperó sea una expresión relajada y sin muestra de nada, cuando unas llamas verdes brillosas rompieron en el lugar, en la vacía reja que estaba debajo de la chimenea de mármol. Miró, tratando de no demostrar un parpadeo de sorpresa o alarma, cuando un hombre de porte se apareció de entre las llamas, dando vueltas tan rápido como un topo. Segundo después, se había incorporado a una muy antigua y agradable alfombra, sacándose las cenizas de las mangas de su larga capa a rayas, y de su sombrero en forma de palangana de color verde-lima que llevaba en una de sus manos.'Ah ... Primer Ministro, ' dijo Cornelius Fudge, estrechándole su mano. 'Encantado de volverlo a ver.'El Primer Ministro no pudo devolver honestamente este gesto, por lo que no dijo nada. No estaba para nada encantado de ver a Fudge, el cual se había aparecido en ocasiones, aparte de ser de evidentes alarmas, generalmente significaban que iba a escuchar muy malas noticias. Sin embargo, Fudge se veía agobiado. Estaba más delgado, canoso y grisáceo, y su cara tenía una mirada un tanto arrugada. El Primer Ministro ya había visto ese tipo de miradas en los políticos con anterioridad, y nunca lo notaba amigable.'¿En qué te puedo ayudar?' dijo, estrechando la mano de Fudge por un corto instante y gesticulando hacia una de las sillas más masizas que estaba frente al escritorio.'Difícil de saber por dónde comenzar,' murmuró Fudge, parando la silla, sentándose y poniendo su verde sombrero en sus rodillas. 'Qué semana ... qué semana ...''¿También tuviste una mala semana?' preguntó el Primer Ministro forzadamente, tratando de transmitir así que ya tenía bastante en su plato sin ninguna ayuda de Fudge.'Sí, por supuesto,' dijo Fudge, entornando sus ojos y mirando malhumoradamente al Primer Ministro. 'He tenido la misma semana que tuvo usted, Primer Ministro. El Puente Brockdale ... los Bones y los asesinos Vance ... sin mencionar lo del West Country ...''Tu - este - tu - me refiero a, algunas de tu personas en el Oeste - estuvieron involucradas en esas - esas cosas, ¿no?'Fudge reparó en el Primer Ministro con una mirada un tanto severa.'Por supuesto que estuvieron involucradas,' dijo. '¿Seguramente se dio cuenta lo que está ocurriendo?''Yo ...' vaciló el Primer Ministro.Era precisamente este tipo de comportamiento el que hacía que le gustaran tan poco las visitas de Fudge. Era, después de todo, el Primer Ministro, y no apreciaba ser tratado como un ignorante joven colegial. Pero, desde ya, había sido así desde su primer encuentro con Fudge en su primera tarde como Primer Ministro. Lo recordaba como si hubiese ocurrido ayer y sabía que llevaría ese fantasma hasta el día de su muerte.Había estado solo en su oficina, savoreando su triunfo luego de tantos años de sueños e imaginaciones, hasta que escuchó una tos detrás de él, igual que esta noche, y darse vuelta para descubrir que el pequeño y feo portarretratos que le hablaba, anunciando que el Ministro de Magia estaba por llegar e introducirlo.Naturalmente, había pensado que la larga campaña y el esfuerzo había causado que se vuelva loco. Se había atterrorizado al ver que un portarretratos le hablaba, a pesar de que esto no había sido nada de lo que había sentido al enterarse que un autoproclamado mago se había aparecido de entre el fuego y estrechado su mano. Se había quedado sin habla a lo largo de la amable explicación de Fudge de que había magos y brujas aún viviendo en secreto en todo el Mundo, y sus tranquilizantes de que no iba a molestarlos, ya que el Ministerio de magia tomaba toda la responsabilidad de toda la Comunidad Mágica, y prevenía que la población no mágica supiera de su existencia. Era, dijo Fudge, un trabajo muy dificultoso que acompañaba a todo lo referente con regulaciones del uso responsable de las escobas para mantener a la población de dragones bajo control (el Primer Ministro se recordaba agarrándose del escritorio para enfrentar este tema). Fudge había golpeado la espalda del boquiabierto Ministro en un modo un tanto paternal.'Nada de qué preocuparse,' había dicho, 'sería extraño que no me vuelvas a ver. Te molestaré si hay algo realmente serio que ocurra en nuestro lugar, algo que puede afectar preferentemente a los Muggles - la población no-mágica, debería decir. De lo contrario, hay que vivir y dejar vivir. Y debo decir, que lo estás tomando mucho mejor que tu predecesor. Él intentó tirarme por la ventana, como si fuese un espía planeado por la oposición.'A todo esto, el Primer Ministro había tomado la palabra al final.'¿Tú no eres - tú no eres un espía, entonces?'Había sido su último, y desesperado deseo.'No,' dijo Fudge gentilmente. 'No, me temo que no. Mira.'Y había convertido la taza de té del Primer Ministro en un gerbil.'Pero,' dijo el Primer Ministro sin aire, viendo su taza de té mordisqueándose en la esquina de su próximo discurso, 'pero, ¿por qué - por qué nadie me lo dijo-?''El Ministro de Magia solo le revela a él o ella, que son el Primer Ministro de los Muggles al día,' dijo Fudge, guardando su varita en su campera. 'Encontramos que esta es la mejor manera de mantener el secreto''Pero luego,' baló el Primer Ministro, '¿por qué un ya formado Primer Ministro no me advirtió-?'A todo esto, Fudge ya se había reído.'Mi querido Primer Ministro, ¿vas a engañar a alguien?'Todavía vacilando, Fudge había lanzando algún tipo de poder en el fuego, que se introdujeron en las llamas color esmeralda y se desaparecieron coun un chirrido. El Primero Ministro había estado ahí, un poco inmóvil, y se dio cuenta de que nunca, a lo largo de su vida, se atrevería a mencionar este encuentro a un alma viviente, ¿y quién le creería a lo largo y ancho del Mundo?El shock había tomado un pequeño tiempo para surgir efecto. Por un momento trató de convencerse a sí mismo de que Fudge había acertado en armar una alucinación por falta de sueño durante su campaña de elección. En un vano intento de deshacerse de todos los recuerdos de este inconfortable encuentro, ya le habría dado el gerbil a su querida sobrina e intruído a su Secretaria Privada que sacase el portarretratos del pequeño hombre feo que había anunciado el arrivo de Fudge. Para consternación del Primer Ministro, sin embargo, el portarretratos había demostrado su imposibilidad de ser extraído. Cuando decenas de carpinteros, un albañil o dos, un historiador artístico y el Ministro de Hacienda habían tratado sin éxito de desencajarlo de la pared, el Primer Ministro había abandonado el intento y simplemente se esperanzó que la cosa permaneciera sin movimiento y en silencio por el resto de su estadía en esa oficina. Ocasionalmente pudo jurar haber visto al ocupante bostezando, o rascándose la nariz: regularmente, una vez o dos veces, simplemente caminando fuera del enmarque y dejando el lienzo de un color amarronada y como con barro. Sin embargo, intentó no mirar demasiado ese cuadro, y decírse a sí mismo firmemente que sus ojos le gastaban una broma cuando algo como esto ocurría.Hacía tres años, una noche muy parecida a esta, el Primer Ministro había estado solo en su oficina cuando el portarretratos había anunciado una vez más el inminente arrivo de Fudge, quien se había aparecido de entre las llamas, empapado y en un estado de considerable pánico. Antes de que el Primer Ministro pudiese por qué había estado sudándose a lo largo de todo el Arxminster, Fudge ya había comenzado a despotricar acerca de una prisión que el Primer Ministro había escuchado nunca hablar antes, un hombre llamada 'Serious' Black, algo que sonaba como Hogwarts y un niño llamado Harry Potter, ninguno de los cuales le pareció tener sentido al Primer Ministro.'... Recién acabo de llegar de Azkaban, ' jadeó Fudge, sacando un montón de agua del borde de su sombrero en su bolsillo. 'A Mitad del Mar del Norte, ya sabés, un vuelo desagradable ... los Dementores estaban alborotados -' se estremeció '- nunca han tenido una visita antes. De todos modos, he tenido que venir hasta usted, Primer Ministro. ¡Black es un conocido asesino de Muggles y estaría planeando unirse con Quien-Usted-Ya-Sabe!' Había mirado fíjamente y esperanzadamente al Primer Ministro por un momento, y luego dijo, 'Bien, siéntate, siéntate, me gustaría ponerte al tanto ... tomemos un whisky ...' El Primer Ministro se había molestado un poco de que lo invitara a sentarse siendo ésta su oficina, y que se ofreciera su propio whisky, pero se sentó, de todo modos. Fudge había sacado su varita, acercado dos grandes vasos llenos de un líuido ámbar fuera del fino aire, poniendo uno de estos en una de las manos del Primer Ministro y arrimando una silla.Fudge habló cerca de una hora. En ese punto, se retrajo de decir un cierto nombre en voz alta, y, para contrarrestar, lo escribió en un trozo de pergamino, que había confiado en una de las manos libres del Primer Ministro que no sostenía el vaso de whisky. Cuando Fudge se puso de pié, el Primer Ministro lo imitó también.'Por lo que crees que ...' bajó su mano izquierda. 'Lord Vol-''¡El Que No Debe Ser Nombrado!' gruñó Fudge.'Disculpe ... ¿entonces piensas que El Que No Debe Ser Nombrado está todavía vivo?''Bueno, Dumbledore dice que sí,' dijo Fudge, como si hubiese escuchado su capa a rayas bajo su barbilla, 'pero no lo hemos encontrado. Si me preguntas, él no es peligroso a menos que tenga apoyo, por lo que es Black por quien debemos preocuparnos. ¿Entendiste esa advertencia? Excelente. Bueno, ¿creo que no nos veremos nuevamente, Primer Ministro? Buenas Noches.'Pero se habían visto nuevamente. Menos de un año anteriormente, un sorprendido Fudge se materializó en el fio aire del Gabinete para informarle al Primer Ministro que había habido un poco de molestia por la Copa Mundial de Kwidditch (o al menos así sonaba) y que decenas de Muggles se habían 'involucrado', pero el Primer Ministro pareció no significarle demasiado que se haya visto la marca de Quien-Usted-Tú-Sabes: Fudge estaba seguro que esto era un hecho aislado y que la Oficina Muggle de Contacto estaba intentando con todas las modificaciones mientras hablaban.'Oh, y casi olvido,' agregó Fudge. 'Estamos importando tres dragones extranjeros y una esfinge para el Torneo de los Tres Magos, un poco de rutina, pero el Departamiento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas me dijo que está en las reglas que debo notificarle si traemos criaturas áltamente peligrosas al país.''Yo - qué - ¿dragones? farfulló el Primer Ministro.'Sí, tres,' dijo Fudge. 'Y una esfinge. Bueno, qué tengas buen día.'El Primer Ministro creía una y otra vez que los dragones y lasd esfinges podría ser lo peor de todo esto, pero no. En menos de dos años siguientes, Fudge se había aparecido de entre el fuego nuevamente, esta vez con las noticias de que había habido una fuga en masas de Azkaban.'¿Una fuga masiva?' el Primer Ministro repitió habiendo escuchado.'¡No hay que preocuparse, no hay que preocuparse!' había gritado Fudge, todavía con una pierna en el fuego. 'Ya los tendremos rodeados en poco tiempo - ¡solo pensé que debería saberlo!'Y antes de que el Primer Ministro pudiese gritar, 'Ahoram, puede esperar solo un momento?' Fudge se había desintegrado en una lluvia de chispas verdes.Diga lo que diga la prensa y la oposición, el Primer Ministro no era un hombre estúpido. No se le había escapado de notar que, a pesar de las garantías de Fudge en su primer encuentro, ahora se estaban viendo un poco más, ni Fudge se ponía nervioso con cada visita. No obstante, le gustaba saber del Ministro de Magia (o, como siempre llamó a Fudge en su mente, 'el Otro Ministro'), el Primer Ministro no podía ayudar, pero temía que la próxima vez que se apareciera Fudge sería con más graves noticias. El ver, por lo tanto, a Fudge saliendo de la chimenea una vez más, desaliñado y demasiado nervioso y severamente sorprendido de que el Primer Ministro no supiera exactamente por qué él estaba allí, fue la peor cosa que ocurrió en el transcurso de esta extremadamente abatida semana.’¿Cómo podría saber lo que estaba ocurriendo en la – este – comunidad Mágica?’ chasqueó el Primer Ministro. ‘Tengo un país que manejar y suficientes preocupaciones por el momento sin –‘’Tenemos las mismas preocupaciones,’ interrumpió Fudge. ‘El Puente Brock-dale no se desgastó. No fue un huracán. Esos asesinos no eran trabajo de Muggles. Y la familia de Herbert Chorley podría estar a salvo sin él. Estamos acordando para poder transferirlo al Hospital San Mungo de Enfermedades Mágicas. El traslado debe efectuarse esta noche.’’A qué te ... Tengo miedo ... ¿Qué?’ protestó el Primer MinistroFudge tomó un gran y profundo suspiro y dijo, ‘Primer Ministro, lamento mucho decirte que él ha vuelto. El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado ha vuelto’.’¿Ha vuelto? Cuando dices ‘vuelto’ ... ¿está vivo? Me refiero –‘El Primer Ministro buscó en su memoria los detalles de aquella horrible conversación de tres años atrás, cuando Fudge le había contado acerca de un mago a quien temía todo el resto, el mago que había cometido miles de crímenes terribles antes de su misteriosa desaparición quince años atrás.’Sí, vivo,’ dijo Fudge. ‘Eso es – No lo sé – es un hombre vivo si, ¿no puede ser matado? Realmente no lo entiendo, y Dumbledore no lo explicará bien – pero de todos modos, él tiene un cuerpo y camina y habla y mata, por lo que supongo, por los propósitos de esta charla, sí, él esta vivo.’El Primer Ministro no sabía qué decir, pero un hábito persistente de desear estar bien informado de cualquier tipo de cosa que se le presente le hizo proyectar cualquier detalle que pudiera recordar de conversaciones previas.’¿Es Serious Black con – este – El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado?’’¿Black? ¿Black?’ dijo Fudge discretamente, poniendo su sombrero rápidamente en sus dedos. ‘¿Sirius Black te refieres? Por las barbas de Merlín, no. Black está muerto. Al final estábamos – este – equivocados con Black. Era inocente. Y no estaba ligado a El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. Me refiero,’ agregó en defensiva, haciendo girar su sombrero más rápidamente, ‘las evidencias señalan – tenemos más de cincuenta testigos – pero de todos modos, como digo, está muerto. Asesinado, de hecho. En las inmediaciones del Ministerio de Magia. Va a haber una investigación, por ahora ...’Para su gran sorpresa, el Primer Ministro sintió un gugaz intento de pena por Fudge. Era, sin embargo, eclipsado casi inmediatamente por un resplandor de poco engreído, deficiente como si estuviese en el área de fuego donde se materializa, nunca había habido un asesinato en ningún departamento de gobierno bajo su cargo ... Hasta ahora no ...Mientras el Primer Ministro surreptuosamente tocaba la madera de su escritorio, Fudge continuó, ‘Pero los Black ... El punto es que estamos en guerra, Primer Ministro, y se deben tomar medidas.’’¿En guerra?’ repitió el Primer Ministro nerviosamente. ‘¿Seguramente es un poco exagerado?’’El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado se ha unido ahora con esos seguidores que se fugaron de Azkaban en Enero,’ dijo Fudge, hablando más y más rápidamente y girando su sombrero tan rápido que parecía un desdibujado verde-lima. ‘Desde que se escaparon, han estado haciendo estragos. El Puente Borckdale – lo hizo él, Primer Ministro, amenazó a un montón de Muggles se matarlos a menos que estuviera lejos de él –‘’¡Qué dolor, por lo que es tu culpa que esa gente fuera asesinada y tengo que responder preguntas sobre el camión oxidado y corroer las juntas en expansión y no se qué más!’ dijo el Primer Ministro furiosamente.’¡Mi culpa!’ dijo Fudge, sonrojándose. ‘¿Estás diciendo que habrías entrado en ese chantaje así?’’Quizás no,’ dijo el Primer Ministro, parándose y dando zancadas en la habitación, ‘pero hubiese puesto todos mis esfuerzos en atrapar al chanta antes de que cometiera semejante atrocidad!’’¿Realmente piensas que no he estado haciendo demasiados esfuerzos?’ demandó Fudge acaloradamente. ‘Cada Auror en el Ministerio estuvo – y está – tratando de encontrarlo y persigue a sus seguidores, pero ocurre que estamos hablando de uno de los magos más poderosos de todos los tiempos, ¡un mago que ha eludido la captura por más de tres décadas!’’¿Por lo que supongo que me vas a decir que causó un huracán en el West Country también?’ dijo el Primer Ministro, su temperamento comenzaba a subir en cada paso que daba. Le enfuría descubrir la razón de estos terribles desastres y no poder decírcelo al público, casi peor que sea la culpa del gobierno.’Eso no fue un huracán,’ dijo Fudge miserablemente.’¡Perdóname!’ ladró el Primer Ministro, ahora pateando hacia arriba y hacia abajo. ‘Árboles caidos, techos rotos, alumbrados torcidos, daños horribles-‘’Fueron los Mortífagos,’ dijo Fudge. ‘Los seguidores de El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. Y ... sospechamos que un gigante también participó.’El Primer Ministro detuvo su caminada como si se hubiese golpeado con una pared invisible. ¿Qué participó?’Fudge hizo una mueca. ‘Usó gigantes la última vez, cuando quería un gran efecto,’ dijo. ‘La Oficina de la Desinformación ha estado trabajando a reloj, hemos tenido equipos de Desmemorizadores tratando de modificar las memorias de todos los Muggles que vieron realmente lo que ocurrió, tenemos más en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas por Sumerset, pero no podemos encontrar al gigante – ha sido un desastre.’’¡Ni lo digas!’ dijo el Primer Ministro furiosamente.’No niego que la moral está un poco baja en el Ministerio,’ dijo Fudge. ‘Y con todo esto, y luego al perder a Amelia Bones.’’¿Perder a quién?’’Amelia Bones. Cabeza del Departamento de Esfuerzo por la Ley Mágica. Pensamos que El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado podría haberla asesinado en persona, porque era una bruja muy eficiente – y toda la evidencia marca de que estuvo en un duelo.’Fudge aclaró su gargante y, con esfuerzo, paró de gurar su sombrero.’Pero ese asesinato estaba en los periódicos,’ dijo el Primer Ministro, momentáneamente desviado por su enojo. ‘Nuestros periódicos. Amelia Bones ... se dice que era una mujer de mediana edad que vivía sola. Fue un asesinato horrible, ¿verdad? Ha tenido mucha publicidad. La policía se desconcertó, ya ves.’Fudge suspiró. ‘Bien, por supuesto que están,’ dijo. ‘Asesinada en una habitación que estaba cerrada por dentro, ¿no? Nosotros, por otro lado, sabemos exactamente quién lo hizo, nos lleva a tener información adicional para atraparlo. Y luego estaba Emmeline Vance, quizás no escuchaste hablar de esa-‘’¡Oh, si he escuchado!’ dijo el Primer Ministro. ‘Ocurrió justo en la esquina de aquí, de hecho. Los periódicos han tenido un día muy participativo. ‘desglose de la justicia y orden en el jardín del Primer Ministro-‘’Y como si no fuera suficiente,’ dijo Fudge, apenas escuchando al Primer Ministro, ‘tenemos a los Dementores por todos lados, atacando gente, por izquierda, derecha, y centro ...’Había una parte feliz en esta oración que podría haber sido intangible para el Primer Ministro, pero ahora estaba más prudente.’Pensé que los Dementores eran los guardianes de los prisioneros en Azkaban,’ dijo cautelosamente. ’Eran,’ dijo Fudge desgastadamente. ‘Pero ya no. Han vaciado la prisión y se han unido con El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado. No pretendo que fuese un golpe.’’Pero,’ dijo el Primer Ministro, con un sensación horrible amanecer, ‘¿no me dijiste que son criaturas que absorven la esperanza y felicidad de las personas?’’Correcto. Y las absorven. Eso es lo que causa toda esta neblina.’El Primer Ministro dio un salto, con sus rodillas débiles, a la silla más cercana. La idea de criaturas invisibles vagando por las ciudades y el país, propagando desesperación y desesperanza en sus votantes, hizo que se sintiera como que se iba a desmayar.’Veamos ahora, Fudge - ¡tiene que hacer algo! ¡Es su responsabilidad como Ministro de Magia!’’Mi querido Primer Ministro, no puede pensar honestamente que todavía soy el Ministro de Magia después de todo esto? ¡Me despidieron hace tres días! Toda la Comunidad Mágica ha estado gritando por mi dimisión por las noches. ¡Nunca los he visto tan unidos en todo mi periódo de gobierno!’ dijo Fudge, con una sonrisa brava.El Primer Ministro perdió momentáneamente las palabras. A pesar de su dimisión en la posición en la que estaba, todavía sentía algo por el hombre de mirada débil sentado frente a él.’Lo siento mucho,’ dijo finalmente. ‘¿Hay algo que pueda hacer?’’Es muy amable de tu parte, Primer Ministro, pero no hay nada. Fui enviado aquí para actualizarte con los eventos recientes e introducirte a mi sucesor. Raramente pensaría que esté aquí ahora, pero, por supuesto, está muy ocupado por el momento, con mucho para hacer.’Fudge miró el portarretratos del pequeño hombre feo que tenía una larga peluca plateada y risada, que se metía en su oído. Notando la mirada de Fudge, el retrato dijo, 'Él estará aquí en un momento, está terminando una carta para Dumbledore.''Le deseo toda la suerte,' dijo Fudge, pareciendo amargado por primera vez. 'He estado escribiendo a Dumbledore dos veces al día en la quincena pasada, pero él no se moverá. Si él solo hubiera estado preparado para convencer al muchacho, yo todavía podría ser ... Bien, tal vez Scrimgeour tendrá más éxito.' Fudge se hundió en lo que era claramente un silencio apenado, pero fue roto casi inmediatamente por el retrato, que de repente habló de su voz crujiente, oficial.'Al primer ministro Muggle. Solicitud de una reunión. Urgente. Amablemente responda inmediatamente. Rufus Scrimgeour, Ministro de Magia.''Sí, sí, bien,' dijo el Primer Ministro distraídamente, y apenas se estremeció como las llamas en la rejilla se volvieron verde esmeralda otra vez, y reveló un segundo mago girando en su centro, vertiéndolo momentos más tarde en la antigua alfombra.Fudge se puso de pie y, después de vacilar un momento, el Primer Ministro hizo lo mismo, mirando al recién llegado enderezarse, y sacudir el polvo de su larga túnica negra, y mirar alrededor.El absurdo primer pensamiento del Primer Ministro era que aquel Rufus Scrimgeour parecía más bien un viejo león. Había rayas de color gris en su melena de pelo rojizo y sus cejas espesas; tenía ojos penetrantes amarillentos detrás de un par de gafas de metal con bordes y cierto rangy, con gracia aun cuando él anduviera con una cojera leve. Tenía una impresión inmediata de habilidad y dureza; el Primer Ministro creyó entender por qué la comunidad Mágica prefirió a Scrimgeour en vez de Fudge como un líder en estas peligrosas circunstancias.'¿Cómo está Ud?,' dijo al Primer Ministro correctamente, ofreciendo su mano.Scrimgeour estrechó su mano brevemente, sus ojos exploraron el cuarto, luego sacó una varita mágica de su túnica.'¿Fudge le dijo todo?,' preguntó, cruzando de un tranco la puerta y tocando el ojo de la cerradura con su varita mágica. El Primer Ministro oyó el chasquido de la cerradura.'Hem ... sí,' dijo el Primer Ministro. 'Y si no le importa, yo preferiría que la puerta permaneciera abierta.' 'Yo preferiría no ser interrumpido,' dijo Scrimgeour en seguida, 'o mire’ añadió él, apuntando su varita mágica hacia las ventanas, de modo que las cortinas se cerraron ante ellos. ‘Bien, puesto que soy un hombre ocupado, vamos al grano. Ante todo, tenemos que hablar de su seguridad.’El primer ministro se levantó hasta su completa altura y contestó, ‘estoy absolutamente feliz con la seguridad que ya me he puesto, gracias muchas…’‘Bien, nosotros no,’ interrumpió Scrimgeour. ‘Esto será una vigilancia pobre para los Muggles si su Primer Ministro es puesto bajo la Maldición de Imperius. El nuevo secretario en su oficina externa…’ ‘¡No me deshago de Kingsley Shacklebolt, si esto es lo que usted sugiere!,’ dijo el Primer Ministro con vehemencia. ‘Él es sumamente eficiente, pasa dos veces por el trabajo, el resto de ellos…’‘Eso es porque él es un mago,’ dijo Scrimgeour, sin un parpadeo de risa. ‘Un Auror sumamente entrenado, que le ha sido asignado para su protección.’‘¡Ahora, espere un momento!,’ declaró al Primer Ministro. ‘Usted no puede poner a su gente en mi oficina, yo decido quién trabaja para mí...’‘¿Pensé que usted era feliz con Shacklebolt?’ dijo Scrimgeour con frialdad.‘Lo estoy - es decir, lo estaba...’‘¿Entonces no hay ningún problema de que esté aquí?’ dijo Scrimgeour.‘... bien, mientras el trabajo de Shacklebolt siga siendo ... er ... excelente,’ dijo el Primer Ministro sin convicción, pero Scrimgeour apenas pareció oírlo.‘Ahora, sobre Herbert Chorley, su Asistente,’ continuo. ‘El que ha estado entreteniendo el público imitando a un pato.’‘¿En cuanto a él?’ preguntó el Primer Ministro.‘Él claramente ha reaccionado a una Maldición Imperius mal realizada,’ dijo Scrimgeour. ‘Esto afectó su cerebro, pero todavía podría ser peligroso.’‘¡Él solo estaba cuaquiando!’ dijo el Primer Ministro débilmente. ‘Seguramente un poco de un algo ... tal vez vaya fácil sobre la bebida ...’‘Un equipo de Curanderos del Hospital de San Mungo para Enfermedades y Heridas Mágicas lo examina, como hablamos. Hasta ahora él ha intentado estrangular a tres de ellos,‘ dijo Scrimgeour. ‘Pienso que es mejor que lo quitemos de la sociedad Muggle un ratito.’‘Yo ... bueno... ¿Él estará bien, verdad?’ dijo el Primer Ministro con inquietud.Scrimgeour simplemente se encogió, moviéndose hacia atrás, hacia la chimenea.‘Bien, esto es realmente todo lo que tenía que decir. Lo mantendré al tanto de los acontecimientos, Primer Ministro - o, al menos, probablemente estaré demasiado ocupado para venir personalmente, en el caso de que yo no pueda, enviaré a Fudge aquí. Él ha consentido para quedarse en una capacidad consultiva.’Fudge intentó reír, pero estaba fracasado; simplemente miró como si tuviera un dolor de muelas. Scrimgeour ya revolvía en su bolsillo para el polvo misterioso que ponía el fuego de color verde. El Primer Ministro los miró fijamente sin esperanzas durante un momento, entonces las palabras que él había luchado para suprimir toda la tarde, reventaron en él por fin.‘¡Pero por todos los cielos ... ustedes son magos! ¡Ustedes pueden hacer magia! ¡Seguramente usted puede hacer ... bueno ... algo!’ Scrimgeour giró despacio sobre el terreno y cambió una mirada incrédula con Fudge, quien realmente manejó una risa esta vez cuando dijo amablemente, ‘el problema es, su lado puede hacer la magia también, Primer Ministro.’ Y con esto, los dos magos dieron un paso uno tras otro en el fuego brillante verde y desaparecieron.

18 julio 2005

XXI poemas de amor (XIII)

XIII.

The rules break a thermometer,
quicksilver spills across the charted systems,
we’re out in a country that has no language
no laws, we’re chasing the raven and the wren
through gorges unexplored since dawn
whatever we do together is pure invention
the maps they gave us were out of date
by years… we’re driving through the desert
wondering if the water will hold out
the hallucinations turn to simple villages
the music on the radios comes clear-
neither Rosernkavalier nor Götterdämmerung
but a woman´s voice singing old songs
with new words, with a quiet bass , a flute
plucked and fingered by women outside the law.

XIII.

Las reglas se rompen como un termómetro,
al mercurio se derrama por la escala,
estábamos en un país que no tiene idioma
ni leyes, estábamos persiguiendo cuervos y reyezuelos
por gargantas sin explorar desde el amanecer,
cualquier cosa que hagamos juntas es pura invención
los mapas que nos dieron están fuera de fecha
desde hace años…estamos conduciendo por el desierto
preguntándonos si el agua aguantará
las alucinaciones se vuelven pueblitos
la música en la radio se hace clara,
ni Rosenkavalier ni Götterrdämerung
sino una voz de mujer cantando viejas canciones
con palabras nuevas, con un bajo quieto, una flauta
punteada por los dedos de mujeres al margen de la ley.

17 julio 2005

XXI poemas de amor (XII)

XII.

Durmiendo, giramos en turnos como planetas
que rotan en su pradera nocturna :
un roce es suficiente para saber
que no estamos solas en el universo, hasta en el sueño:
los fantasmas del sueño de dos mundos
recorren sus ciudades fantasmas, casi se hablan.
Me he despertado con tus palabras en voz baja
que me hablan a años luz u oscuridad
como si me hablara mi propia voz.
Pero tenemos voces diferentes, hasta en el sueño,
y nuestro cuerpos, tan semejantes, son tan diferentes
y el pasado que crea ecos en nuestro torrentes sanguíneos
está cargado de diferentes lenguaje, significados diferentes:
aunque cualquier crónica del mundo que compartamos
podrá ser escrita con nuevo significado
seriamos dos amantes de un género,
seríamos dos mujeres de una generación.

XII.

Sleeping, turning in turn like plantes
rotating in their midnight meadow:
a touch is enough to let us know
we’re not alone in the universe, even in sleep:
the dream- ghost of two worlds
walking their ghost-towns, almost address each other.
I’ve wakened to your muttered words
spoken loght-or dark- years away
as if my own voice had spoken.
But our bodies, so alike, are yet so different
and the past echoing through our bloodstreams
is freighted with different language, different meanings-
though in any chronicle of the world we share
it could be written with new meaning
we were two lovers of one gender,
we were two women of one generation.

16 julio 2005

XXI poemas de amor (XI)

XI

Cada pico es un cráter. Es la ley de los volcanes,
la que los hace eternos, visiblemente femeninos.
No hay altura sin abismo, sin un corazón ardiente,
aunque nuestras suelas de paja sientan la lava endurecida.
Quiero viajar contigo a cada montaña sagrada
humeante como la sibila que se inclinaba sobre el trípode,
quiero tener tu mano mientras ascendemos el sendero,
sentir tus arterias brillar en mi agarre,
no dejar de ver la pequeña flor como una joya,
la que no conocemos, la que no tiene nombre hasta que se lo damos,
la que se cuelga de la roca que muda lenta,
ese detalle fuera de nosotras que nos devuelve a nosotras,
que estaba allí antes que nosotras, que sabía que vendríamos y que ve más allá de nosotras.



XI

Every peak is a crater. This is the law of volcanoes,
making them eternally and visibly female.
No height without death, without a burning core,
though our straw soles shred on the hardened lava.
I want to travel with you to every sacred mountain
smoking within like the sibyl stooped ever her tripod,
I want to reach for your hand as we scale the path,
to feel your arteries glowing in my clasp,
never failing to note the small, jewel-like flower
unfamiliar to us, nameless till we rename her,
that clings to the slowly altering rock-
that detail outside ourselves that brings us to ourselves,
was here before us, knew we would come, and sees beyond us.

15 julio 2005

XXI poemas de amor (X)

X.

Your dog, tranquil and innocent, dozes through
our cries, our murmured dawn conspiracies
our telephone calls. She knows – what can she know?
If in my human arrogance I claim to read
her eyes, I find there only my own animal thoughts:
that creature must find each other for bodily comfort,
that voices of the psyche drive through the flesh
further than the dense brain could have foretold,
that the planetary nights grow cold
in the same journey who want to touch
one creature-traveler cleat to the end;
that without tenderness, we are in hell.

X.

Tu perro tranquilo e inocente, dormita
entre nuestro gritos, nuestras murmuradas conspiraciones de amanecer,
nuestras llamadas de teléfono. Sabe. ¿Qué puede saber?
Si en mi humana arrogancia intento leer
sus ojos, sólo encuentro mis propios pensamientos animales:
que las criaturas deben buscarse entre sí por comodidad del cuerpo,
que las voces de la psique se conducen por la carne
más de lo que la mente pudiera haber anticipado,
que las noches planetarias se hacen frías para aquellos
en el mismo viaje que quieren tocar
un viajero-criatura hasta el fin,
que sin dulzura estaríamos en el infierno.

14 julio 2005

XXI poemas de amor (IX)

IX.

Your silence today is pond where drowned things live
I want to see raised dripping and brought into the sun.
It’s not my own face I see there, but other faces,
even your face at another age.
Whatever’s lost there is needed by both of us-
a watch of old gold, a water-blurred fever chart,
a key….Even the silt and pebbles of the bottom
deserve their glint of recognition. I fear this silence,
this inarticulate life. I’m waiting
for a wind that will gently open this sheered water
for once, and show me what I can do
for you, who have made the unnameable
nameable for others, even for me.

IX.

Tu silencio hoy es un estanque donde viven las cosas ahogadas.
Quiero verlas goteando al levantarse y ser sacadas por el sol.
No es mi propio rostro el que veo ahí sino otros rostros.
hasta tu rostro a otra edad.
Cualquier cosa que se pierda la necesitamos las dos:
un reloj de oro viejo, un registro de fiebre borrado por la fiebre,
una llave…Hasta lo cernido y las piedras del fondo
merecen que las miremos, que las reconozcamos. Temo este silencio,
esta vida inarticulada. Espero
un viento que abra gentil esta agua en capas
y que me muestre lo que puedo hacer
por ti que has hecho por lo que no tiene nombre
tenga nombre para los otros, hasta para mí.

13 julio 2005

XXI poemas de amor (VIII)

VIII.

I can see myself years back at Sunion,
hurting with an infected foot, Philoctetes
in Woman’s form, limping the long path,
lying on a headland over the dark sea,
looking down the red rocks to where a soundless curl
of white told me a wave had struck,
imagining the pull of that water from that height,
knowing deliberate suicide wasn’t my métier
yet all the time nursing, measuring that wound.
Well, that’s finished. The woman who cherished
her suffering is dead. I am her descendant.
I love the scar-tissue she handed on to me,
But I want to go on from here with you
fighting the temptation to make a career of pain.

VIII.

Puedo verme hace años en Sunión,
doliéndome un pie infectado, Filoctetes
con forma de mujer, cojeando por el camino,
tumbada en el acantilado sobre el mar oscuro,
mirando las rocas rojas en que un rizo sin ruido
blanco me dice que ha roto una ola,
imaginando la caída de esa agua desde esta altura,
sabiendo que el suicidio deliberado no era mi maestro,
auque estuviese todo el tiempo cuidando, midiendo esa herida.
Bueno, se acabó. La mujer que se alegró
en su sufrimiento está muerta . Soy su descendiente.
Amo la cicatriz que me entregó
pero quiero seguir desde aquí contigo
luchando contra la tentación de hacer del dolor una carrera.

12 julio 2005

XXI poemas de amor (VII)

VII.

What kind of beast would turn its life into words?
What atonement is this all about?
-and yet, writing words like these, I’m also living.
Is all this close to the wolverines’ howled signals,
that modulated cantata of the wild?
or, when away from you I try to create you in words,
am I simply using you, like a river or a war?
And how have I used rivers, how have I used wars
to escape writing of the worst thing of all-
not the crimes of others, not even our own death,
but the failure to want our freedom passionately enough
so that blighted elms, sink rivers, massacres would seem
mere emblems of that desecration of ourselves?

VII.

¿Qué bestia volvería su vida palabra?
¿De qué trata esta expiación?
Y aún escribiendo palabras como esas, vivo.
¿Se parece a las señales que aúllan los lobeznos,
esa modulada cantata de lo salvaje?
¿O como a un río o a una guerra te uso
cuando lejos de ti intento crearte en palabras?
¿Y cómo he usado los ríos, como he usado las guerras
para escaparme de escribir lo peor de todo:
no los crímenes de los otros, ni siquiera nuestra muerte,
sino el fracaso de desear nuestra libertad con tal pasión
que los olmos resecos, los ríos enfermos y las masacres
parezcan simples emblemas de esta desacración nuestra?

11 julio 2005

XXI poemas de amor (VI)

VI.

Your small hands, precisely equal to my own-
only the thumb is larger, longer-in these hands
I could trust the world, or in many hands like these,
Handling power-tools or steering-wheel
or touching a human face….Such hands could turn
the fine, needle-like shreds of a great crater cup
or pilot the exploratory
through icebergs, or piece together
the fine, needle-like shreds of a great crater-cup
bearing on its sides
figures of ecstatic women striding
to the sibyl’s den or the Eleusinian cave-
such hands might carry out an unavoidable violence
with such restraint, with such a grasp
of the range and limits of violence
that violence ever after would obsolete.

VI.

Tus manos diminutas, precisamente iguales a las mías,
sólo el pulgar es más largo, más grande, en esas manos
podrían confiar el mundo o en muchas manos como esa,
entregar herramientas poderosas o una rueda
o tocar un rostro humano…Manos así podrían devolver
al nonato de vuelta el canal materno
pilotar el barco de rescate
por entre los icebergs o juntar
las finas, como de aguja, piezas de una gran cratera
que tienen en sus lados
extáticas figuras de mujeres que corren
hacia la cueva de la sibila o la cueva en Eulisis
manos así podrían frenar
una violencia inevitable, con tal asirse
al rango y los límites de la violencia
que la violencia sería ya para siempre obsoleta.

10 julio 2005

XXI poemas de amor (V)

V.

This apartment full of books could crack open
to the thick jaws, the bulging eyes
of monsters, easily: Once open the book , you have to face
the underside of everything you’ve loved –
the rack and pincers held in readiness, the gag
even the best voices have had to mumble through,
the silence burying unwanted children-
women, deviants, witnesses- in desert sand.
Kenneth tells me he’s been arranging his books
So he can look and Blake and Kafka while he types;
Yes; and we still have to reckon with Swift
Loathing the woman’s flesh while praising her mind,
Goethe’s dread of the Mother’s Claudel vilifying Gide,
And the ghosts- their hands clasped for centuries-
of artists dying in childbirth, wise-women charred at the stake,
centuries of books unwritten piled behind these shelves;
to our life- this still unexcavated hole
called civilization, this act of translation, this half-word.

V.

Este apartamento lleno de libros se abriría fácilmente
a los ojos salidos, a las mandíbulas fuertes
de los monstruos: Una vez que abren los libros tienes que encarar
el reverso de todo lo que amas,
el potro y las tenazas preparadas, la mordaza
por la que hasta las mejores voces tienen que farfullar,
el silencio que entierra los hijos no deseados,
mujeres, desviados, testigos, en la arena desierta.
Kenneth me dice que ha ordenado sus libros
para poder mirar a Kafka y Blake mientras escribe.
Y aún tenemos en cuenta Swift
que desperdicia la carne de la mujer y alaba su mente,
el pavor de Goethe a las madres, a Claudel vilipendiando a Gide
y los fantasmas – unidas sus manos durante siglos-
de artistas que mueren en el parto, sabios quemados en la hoguera,
siglos de libros sin escribir apilados tras estos estantes.
Y aún tenemos que mirar fijamente en la ausencia
de los hombres que no hablan, de las mujeres que no pudieron hablar
a nuestras vidas, ese agujero aún sin excavar
que se llama civilización, ese traducir, ese medio mundo.

09 julio 2005

XXI poemas de amor (IV)

IV.

I come home from you through the early light of spring
flashing off ordinary walls, the Pez Dorado,
the Discount Wares, the shoe-store….I’m lugging my sack
of groceries, I dash for the elevator
where a man, taut, elderly, carefully composed
lets the door almost close on me.- For god’s sake hold it!
I croak at him. – Hysterical, - he breathes my way.
I let myself into the kitchen, unload my bundles,
make coffee, open the window, put on Nina Simone
singing Here comes the sun…. I open the mail,
drinking delicious coffee, delicious music,
my body still both light and heavy with you. The mail
lets fall a Xerox of something written by a man
aged 27, a hostage, tortured in prison:
My genitals have been the object of such a sadistic display
they keep me constantly awake with the pain…
Do whatever you can to survive.
You know, I think that men love wars…
And my incurable anger, I am crying helplessly,
and they still control the world, and you are not in my arms.

IV.

Llego a casa desde ti por entre la primera luz de primavera
Que ilumina muros ordinarios, el Pez Dorado,
Las tiendas de descuento, la zapatería ... Cargo con mi bolsa
De la compra, corro al ascensor
Y un hombre serio, viejo, bien vestido
Deja que la puerta se me cierre casi, por Dios, detengala,
Le grito. Histérica, me contesta.
Llego a la cocina, dejo los bultos,
Me preparo un café, abro la ventana , pongo a Nina Simone
Que canta Here comes the sun... Abro el correo
Mientras sorbo el delicioso café la música deliciosa,
Mi cuerpo aún ligero y pesado de ti. El correo
Deja caer una fotocopia de algo que ha escrito un hombre
De veintisiete, un rehén torturado en prisión:
Han sido tan sádicos con mis genitales
Que me tiene despierto el dolor...
Hacer lo que sea para sobrevivir.
Ya sabe, creo que los hombres aman las guerras...
Y mi rabia incurable, mis heridas que no se curan
Se abren aún más con las lágrimas, lloro sin poder evitarlo
Y ellos todavía controlan el mundo y tú no estás en mis brazos.

08 julio 2005

XXI poemas de amor (III)

III.

Since we’re not young, weeks have to do time
for years of missing each other. Yet only this odd warp
in time tells me we’re not young.
Did I ever walk the morning streets at twenty,
my limbs streaming with a purer joy?
Did I lean from any windows over the city
listening for the future
as I listen hare with nerves tuned for your ring?
And you, you move toward me with the same tempo.
Your eyes are everlasting, the green spark
of the blue-eyed grass of early summer,
the green-blue wild cress washed by the spring.
At twenty, yes: we thought we’d live forever.
At forty-five, I want to know even our limits.
I touch you knowing we weren’t born tomorrow,
and somehow, each of us will help the other live,
and somewhere, each of us must help the other die.

III.

Ya que no somos jóvenes, las semanas deben ser
para extrañarnos largas como años. Y ese extraño
doblez en el tiempo me dice que no somos jóvenes.
¿Anduve las calles matutinas a los veinte,
humeantes mis miembros con impura alegría?
¿Me apoyé en cualquier ventana sobre la ciudad
escuchando el futuro
como ahora escucho, nerviosa, el teléfono tuyo?
Y tú, tú viene a mí con el mismo tempo.
Tus ojos son eternos, la chispa
verde de la hierba lavada por la primavera.
A los veinte, sí, pensábamos vivir para siempre.
A los cuarenta y cinco, quiero saber nuestros límites.
Te toco sabiendo que no nacimos mañana
y, de algún modo, cada una ayudará a la otra a vivir
y que, en algún sitio, cada una deberá ayudar a la otra a morir.

07 julio 2005

XXI poemas de amor (II)

II.

I wake up in your bed. I know I have been dreaming.
Much earlier, the alarm broke us from each other,
you’ve-been at your desk for hours. i know what i dreamed:
our friend the poet comes into my room
where I’ve been writing for days,
drafts, carbons, poems are scattered everywhere,
and i want to show her one poem
which is the poem of my life. but I hesitate,
and wake. you’ve kissed my hair
to wake me. I dreamed you were a poem
I say, a poem I wanted to show someone…
and i laugh and fall dreaming again
of the desire to show you to everyone i love,
to move openly together
in the pull of gravity, which is not simple,
which carries the feathered grass a long way down the up breathing air.

II.

Despierto en tu cama. Sé que he estado soñando.
Mucho antes nos apartó la alarma,
ya llevas horas en tu escritorio. Sé lo que he soñado,
nuestro amigo el poeta entra en mi habitación
en la que llevo días escribiendo,
borradores, papel de copiar, poemas regados por doquier
y quiero enseñarle un poema
que es el poema de mi vida. Pero dudo
y me despierto. Besaste mi pelo
para despertarme. Soñé que eras un poema,
digo, un poema que quería mostrar a alguien...
y me río y caigo en el sueño de nuevo
del deseo de mostrarte a todos los que amo
de movernos juntas abiertamente
en el jalón de la gravedad que no es fácil,
que alza a la hoja de pluma en el aire.

06 julio 2005

XXI poemas de amor. Adrienne Rich.

I
Wherever in this city, screens flicker
with pornography, with science-fiction vampires,
victimized hirelings bending to the lash,
we also have to walk…if simply as we walk
through the rain soaked garbage, the tabloid cruelties
of our own neighborhoods.
We need to grasp our lives_ inseparable
from those rancid dreams, that blurt of metal, those disgraces,
and the red begonia perilously flashing
from a tenement sill six stories high,
or the long-legged young girls playing ball
in the junior high school playground
No one has imagined us. We want to live like trees,
sycamores blazing through the sulfuric air,
dappled with scars, still exuberantly budding,
our animal passion rooted in the city.

I
En esta ciudad, a donde por todas partes parpadean pantallas
con pornografía, con vampiros de ciencia ficción,
víctimas alquiladas que se inclinan bajo la correa,
también tenemos que andar... simplemente andar
por la basura empapada de lluvia, por las crueldades de tabloide
de nuestras propias vecindades.
Necesitamos sacar nuestras vidas inseparables
de esos sueños rancios, de ese amasijo de metal, de esas desgracias
y de la begonia roja que vemos y no vemos peligrosamente
en el alero de la sexta planta
o de las muchacha de piernas largas que juegan
en el patio de la secundaria.
Nadie nos imagina. Queremos vivir con árboles,
sicomoros que triunfan al aire sulfúrico,
marcados de cicatrices, floreciendo exuberantes todavía,
nuestra pasión animal enraizada en la ciudad.

05 julio 2005

Raymond Carver( 1939-1988)

Mecánica Popular
Aquel día, temprano, el tiempo cambió y la nieve se deshizo y se volvió agua sucia. Delgados regueros de nieve derretida caían de la pequeña ventana -una ventana abierta a la altura del hombro- que daba al traspatio. Por la calle pasaban coches salpicando. Estaba oscureciendo. Pero también oscurecía dentro de la casa. Él estaba en el dormitorio metiendo ropas en una maleta cuando ella apareció en la puerta.
—¡Estoy contenta de que te vayas! ¡Estoy contenta de que te vayas! —gritó—. ¿Me oyes?
Él siguió metiendo sus cosas en la maleta.
—¡Hijo de perra! ¡Estoy contentísima de que te vayas!—.Empezó a llorar—. Ni siquiera te atreves a mirarme a la cara, ¿no es cierto?
Entonces ella vio la fotografía del niño encima de la cama, y la cogió. Él la miró; ella se secó los ojos y se quedó mirándole fijamente, y después dio la vuelta y volvió a la sala.
—Trae eso aquí —le ordenó él.
—Coge tus cosas y lárgate—contestó ella.
Él no respondió. Cerró la maleta, se puso el abrigo, miró a su alrededor antes de apagar la luz. Luego pasó a la sala. Ella estaba en el umbral de la cocina con el niño en los brazos.
—Quiero al niño —dijo él.
—¿Estás loco? —No, pero quiero al niño. Mandaré a alguien a recoger sus cosas.
—A este niño no lo tocas —le advirtió ella.
El niño se había puesto a llorar, y ella le retiró la manta que le abrigaba la cabeza.
—Oh! Oh! —exclamó ella mirando al niño. Él avanzó hacia ella.
—¡Por el amor de Dios! —se lamentó ella. Retrocedió unos pasos hacia el interior de la cocina. —Quiero el niño.
—¡Fuera de aquí!
Ella se volvió y trató de refugiarse con el niño en un rincón, detrás de la cocina. Pero él les alcanzó. Alargó las manos por encima de la cocina y agarró al niño con fuerza.
—Suéltalo —dijo.
—¡Apártate! ¡Apártate! —gritó ella.
El bebé, congestionado, gritaba. En la pelea tiraron una maceta que colgaba detrás de la cocina. Él la aprisionó contra la pared, tratando de que soltara al niño. Siguió agarrando con fuerza al niño y empujó con todo su peso.
—Suéltalo —repitió.
—No —dijo ella—. Le estás haciendo daño al niño.
—No le estoy haciendo daño.
Por la ventana de la cocina no entraba luz alguna. En la casi oscuridad él trató de abrir los aferrados dedos de ella con una mano, mientras con la otra agarraba al niño, que no paraba de chillar, por un brazo, cerca del hombro. Ella sintió que sus dedos iban a abrirse. Sintió que el bebé se le iba de las manos.
—¡No! —gritó al darse cuenta que sus manos cedían. Tenía que retener a su bebé. Trató de agarrarle el otro brazo. Logró asirlo por la muñeca y se echó atrás. Pero él no lo soltaba. Él vio que el bebé se le escurría de las manos, y estiró con todas sus fuerzas.
Así, la cuestión quedó zanjada.

(en la traducción de Anagrama)

04 julio 2005

Gillian Allnutt

Notes on living inside the lightbulb.

One hundred watts blinded me.
I nestled near the warm white shell.
Furthest from the filament was not too hot.
After it blew I began to be able.
I saw the old world’s end.
It was cold as I crept around.
I covered miles within the curvature of bone.
I inspected its now off-white.
I noticed the soft brown singe came off on my feet.
I left footprints on the off – white.
I was interested in my footprints.
Long I steered clear of the broken filament.
Later I saw what it was, cross-eyed, a swastika.

Notas sobre la vida dentro de la bombilla

Cien vatios me cegaron.
Yo me refugiaba cerca de la caliente concha blanca.
Alejado del filamento no hacía tanto calor.
Cuando estalló ya pude.
Vi el fin del viejo mundo.
Mientras me arrastraba hacía frío.
Recorrí kilómetros por la curvatura del hueso.
Inspeccioné su ahora ya no blanco.
Noté las quemaduras marrones que caían a mis pies.
Dejé huellas en el ya no blanco.
Me interesé en mis huellas.
Al fin llegué al filamento roto.
Y después vi lo que era, con ojos bizcos, una swastika.

03 julio 2005

Sujata Bhatt

Fischerhude, 2001.
Café in Rilke-Haus

Clara, your house
is a café now-
Restored, preserved-
and named for one
who never entered it-

Thick green, the grass in September-

Horses step out the fog

A stream from the Wü mme
still flows by your garden-

I drink tea and stare
out the window-

And I have a stone in my pocket-
a stone and an acorn-

Fischerhude, 2001
Cafeteria im Rilke-Haus

Clara, tu casa
es ahora un café –
Restaurado, preservado –
y bautizado por alguien
que nunca entró –

Hierba compacta, la hierba de septiembre –

Salen los caballos de la niebla –

Un cauce del Wümme
aún pasa junto a tu jardín –

Bebo té y miro
por la ventana –

Y tengo una piedra en la bolsa –
una piedra y una bellota –

02 julio 2005

Simon Armitage.

Poem

And if it snowed and snow covered the drive
he took a spade and tossed it to one side.
And always tucked his daughter up at night.
And slippered her the one time that she lied.

And every week he tipped up half his wage.
And what he didn’t spend each week he saved.
And praised his wife for every meal she made.
And once, for laughing, punched her in the face.

And for his mum he hired a private nurse.
And every Sunday taxied her to church.
And he bubbled when she went from bad to worse.
And twice he lifted ten quid from her purse.

Here’s how they rated him when they looked back:
sometimes he did this, sometimes he did that.


Poema

Y si nevaba y la nieve cubría el camino
Agarraba la pala y la hacía a un lado.
Y siempre arropaba a su hija por la noche.
Y una vez que mintió le pegó con la chancla.

Y cada semana se bebía la mitad de su sueldo.
Y los que no gastaba cada semana lo ahorraba.
Y alababa todas las comidas de su esposa.
Y una vez, por reírse la golpeó en el rostro.

Y para su madre contrató una enfermera privada.
Y los domingos la llevaba a la iglesia en taxi.
Y lloró cuando paso de mal a peor.
Y dos veces le robó diez libras del bolso.

Así es como lo consideran al volver la vista atrás:
A veces se portaba así, a veces se portaba asá.

01 julio 2005

The islands (VII)

VII.
What are the islands to me
if you are lost,
what is Paros to me
if your eyes draw back,
what is Milos
if you take fright of beauty,
terrible, torturous, isolated,
a barren rock?

What is Rhodes, Crete,
what is Paros facing west,
what, white Imbros?

What are the islands to me
if you hesitate,
what is Greece
if you draw back
from the terror
and cold splendor of song
and its bleak sacrifice?


VII
¿Qué son las islas para mí
si tú estás perdida,
qué es Paros para mí
si tus ojos se alejan,
qué Milos si haces de la belleza,
algo terrible, tortuoso, solitario,
un roca desnuda?

¿Qué es Rodas, Creta,
qué es Paros que apunta al oeste,
qué, qué la blanca Imbros?

¿Qué son las islas para mí si dudas,
qué es Grecia
si te alejas del terror
y del frío esplendor de la canción
y su desolado sacrificio?